miércoles, 14 de julio de 2010

El Silencio Está Cansado

El vacío llegó como llega el olvido. Apareció en su puerta, inesperado, insistente, como un huésped que cierto día llega y deshace sus maletas en tu armario, para quedarse.
Despertó en su cabeza, se trasladó al corazón y allí vació todo aquello que no pertenecía a su propia soledad.
Cortó sus alas y ató sus pies.
Tenía la esperanza que en algún pequeño lugar, bajo las láminas de un suelo de parquet, siguiera existiendo su imaginación, la fantasía, la magia, las espirales hechas torbellinos de millones de sueños, del olor de las tardes de verano, de las frutas, del mar... Debajo de cada una de esas láminas había un trocito de aquello que el vacío había enterrado, pero no sabía como sacarlo de allí y volver a colocarlo en su lugar.
Cerró los ojos. Imágenes, movimiento, colores, olores, el suave tacto de toda su vida... felicidad (¿?) Sonrió. Ahora sí que sabía con total certeza que dentro de ese cuerpecito algo de su pasado aun seguía vivo, y luchaba por seguir estándolo.

Un gigante le persigue.
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¡Duerme! Vuelve a encerrar en tu cajón todas esas mariposas.
Mañana...mañana vuelve a intentarlo.


···xEa···

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