jueves, 7 de julio de 2011

Hoy igual que ayer, pero nunca igual...


Érase una vez, ¿y qué?

Decir esto es como decir que se ha ido, que ha pasado y que todo lo que fue ya no será, no volverá a dibujar la más mínima expresión en tu cara.

Nada se pierde, todo se transforma, ¿no es así? Todo aquello que hiciste, alguien dijo, pensó o viviste con otra persona se torna, cambia como un líquido que pasa de un recipiente a otro y se moldea para no perderse. Formamos isómeros de nuestras propias experiencias.

Pero en el fondo sabemos que el odio o el amor que sentimos un día por alguien –aunque ahora pensemos que no es así- sigue en nosotros, porque continuamos recordando en algún espacio oculto de nuestro ser que sigue siendo lo que era antes, aunque con otra disposición de las formas o los sentimientos. Porque nos hemos obligado a cambiarlo o nos hemos querido convencer de que ha cambiado, aun sabiendo que no es así, que continúa penetrante, inamovible, impasible, latente, y que en cualquier momento un acto, palabra, sonido, olor o sensación nos lo hará recordar.

···xEa···

miércoles, 25 de mayo de 2011

Avanzando...

Érase una vez... demasiado tarde para intentarlo.

Echó la vista hacia atrás por última vez.
Viento
Todo se volvía a repetir, otro déjà vu. “Sólo una lágrima más...sólo una”, se dijo.
Agua
Dio media vuelta y continuó caminando. Solos: ella, el tiempo, el espacio y el mundo bajo sus pies.
Tierra
¿Dirección? Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer...
Fuego


···xEa···

domingo, 30 de enero de 2011

Un mundo

Soñar con despertar un día y sentir que eres libre. Sin preocuparte por todo aquello por lo que has vivido hasta ese momento. Todo fuera. Disfrutar del calor del sol, y del azul del mar. Ver las olas romper en la arena, sin necesidad de preguntarte cuánto tiempo hace que las observas. Sin nadie que te obligue a volver a la realidad, porque es esa la auténtica realidad, solos tú y el mundo. Solos tú y el camino que quieres recorrer. Desprenderte de todo lo que hasta ese momento te había importado, y olvidarte de política, guerra e intereses ocultos.

Porque en ese mundo nuevo los líderes son aquellos que guían al resto si tienen hambre o sed, y que les protegen si hay peligro. Que guían en aquello que es verdaderamente importante, y que no llevan corbata porque hace tiempo que se olvidó qué era aquello.
Sin necesidad de depender de nadie, sin que los billetes sean el motor que mueve el mundo.
Una involución para la evolución.

Donde aquellas noticias que se conocen no están edulcoradas o manipuladas, ya que existe separación entre verdades y falacias.

Donde a quien finge se le penaliza, donde sólo se protege a los débiles, y donde los fuertes no necesitan protección, porque son transparentes.

Donde no se alabe a los idiotas por decir estupideces, ni se vete a los sabios por contar verdades incómodas.

Donde amar signifique amar, y no manipular, mentir o herir.

Donde si quieres algo, lo consigas por tus capacidades, no porque alguien aproveche las suyas para quitarle a otro lo que le pertenece más que a ti.

Donde, no se premie a aquel que hace daño, pero tampoco a aquel que hace bien, ya que ese comportamiento vendría implícito por naturaleza.

Y donde, no se juzgue por los errores a las personas, sino que exista una separación clara entre error y acto consciente.

Un mundo en el que desplazarse no signifique arrancar vida al mundo, y avanzar no suponga destruir su belleza.
Uno en el que puedas sentir la naturaleza en tus pies y en todo tu cuerpo, donde respires verde y azul, y no gris polución.

Donde se consuma lo necesario, y se devuelva a la tierra como ella nos lo dio primero a nosotros.

Donde no exista el recuerdo de lo que ya no está por culpa nuestra, por no haber nada que se haya perdido de esa forma, y donde no se lleve a cabo ningún acto arriesgado hasta que no se conozca la solución a aquello que pretende hacerse.

Donde el poder no lo tenga el más fuerte y tirano, y donde las diferencias sean enriquecedoras, no devastadoras. Donde no sea necesario ocultarse porque no hay nada de que avergonzarse.

Un mundo que ni existió ni existirá nunca, y cuyas diminutas trazas fueron y son aplastadas por su antítesis, para acabar en ESTO.

`Mm`

jueves, 9 de diciembre de 2010

La niña...patosa! ;P

Érase una vez una niña patosa, inútil, TORPE ¡eso es! Una niña torpe – pero no podía usar ese adjetivo para describirse, pues ya estaba en uso de otro ser de similares características…¡Cachis on the salty sea…! - En fin, continuemos con esta historia que aun ni hemos empezado y que no tiene desperdicio alguno (…o en realidad sí)

Todo empezó poco antes de que nuestra protagonista naciera:

Era un frío mes de invierno en una de esas ciudades del este europeo cuando nuestra dulce niña empezó a hacer de las suyas. Sólo faltaban un par de semanas para coger su primera bocanada de aire en un mundo aun desconocido, cuando los médicos detectaron un problema en el corazón de la chiquilla. Al parecer le gustaba dar brincos y se había hecho un lío con su cordón umbilical a modo de bufanda. Efectivamente, hubieron de provocar el parto para ver nacer a una criatura de llanto inaudible y de tez entre rojiza, aviolatada y pálida.

El tiempo transcurrió de una manera más o menos normal y con torpezas y sustos más o menos importantes, hasta que a la tierna edad de 2 años tuvo que abandonar sus raíces por cuestiones ajenas a su patosidad. Mas una vez instalada en su nueva casa no tardó en continuar con sus hazañas: primero introduciendo un perla en su nariz; más tarde, cayéndose –por muy inverosímil que parezca- de una bicicleta de cuatro ruedas, con la consiguiente adquisición de cuatro puntos en la barbilla. Pero no contenta con esos cuatro decidió que un monopatín sería la forma perfecta de alargar una bonita cicatriz y añadir tres puntos más.

Continuó creciendo con caídas, resbalones, balonazos, roturas de agujas, fracturas de huesos, una intoxicación con CO y con pérdidas de numerosos objetos materiales, pero se fue dando cuenta de que su patosidad no era tan sólo física. Se dio cuenta de que no sabía hablar con la gente de una manera pausada y tranquila, le ponía nerviosa saber que tenían la mirada clavada en ella. Era patosa incluso cuando discutía con su hermana y sabía que tenía la razón...¡se quedaba muda! Le daba la victoria a cualquiera que le rebatiese algo.

Era débil y torpe, y…¿quién quiere a alguien así?

Quizás algún día cambiaría, quizás llegaría a ser fuerte y argumentaría con los demás de igual forma que hacía en su cabeza con ella misma.
Quizás algún día llegaría a estar segura de sí misma, y sus continuos esfuerzos por hacer las cosas bien darían resultado.
Quizás algún día la suerte tocaría a su puerta…

Mientras nuestra ilusa niña patosa razonaba sobre todo esto, yo –que me escondía entre la brisa que entraba por su balcón empujando las cortinas- la observaba escribir tan tranquila, segura, concentrada y soñadora a veces, que nunca me hubiera creído esta historia de no ser porque he estado acompañándola durante todo este tiempo.

Érase una vez…la interpretación de una sombra.

···xEa···

viernes, 29 de octubre de 2010

Perla...

Esto lo escribí hace ya 4 años, no he querido cambiar nada, lo he copiado tal cual porque supongo que de alguna manera representa mejor cómo me sentía en ese momento. Siento que esté en valenciano, quien quiera la traducción que me la pida y se la envío.
Supongo que la echo de menos. No creo que nunca pueda olvidarla, aunque no lo pareciese fue una pesona muy importante para mí. Últimamente me viene tanto a la cabeza... Necesitaba publicarlo:
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Es deia Perla. Era una de les xiques més templades de classe, tot i que el seu físic no ajudava molt, però això canviaria amb la pubertat, no calia preocupar-se per això. Tenia cabells rossos, rulls i llargs; els ulls eren verds com l’herba; però el més bonic era el seu somriure: simpàtic, acollidor, desenfadat, viu...
No era el que les mares anomenaven “bona influència o companyia” per les filles, però això a l’Anna i a mi no ens importava gens. Érem tres bojes inseparables. Fins i tot, a classe, vam ajuntar tres taules i vam fer una estratègia per seure juntes. Crec recordar que una volta ens nomenaren “les xiques de Charlie en ross“.
Els últims anys de col•legi van ser els millors d’aquella època juntes. Quasi tots els dies d’estiu anàvem a la seua nova casa per vore alguna pel•li o jugàvem a la seva piscina. La veritat es que els seus pares no s’enfadaven mai, eren gent molt agradable i amable.
Un dels últims dies d’estiu decidirem anar a la plaça de l’Ajuntament. Vam estar allí tot el vespre i ens anàrem si fa no fa a l’1 del matí. I en aquell lloc, i sobre una de les rajoles de l’edifici principal, vam deixar escrit com a record de la nostra amistat: Anna, Perla i Glòria... amigues per sempre!! (típic en xiquets, no?)
Però l’estiu acabà, com tot en aquesta vida, i va començar el primer any d’institut. Així, ens començàrem a distanciar cada volta més, fins arribar al punt de no saludar-nos pels corredors. Ella va començar a anar amb, diguem-li, els malesseros de l’institut; l’Anna començà a eixir amb les xiques de la classe del col•legi; i jo també me’n vaig anar per un altre camí. Tot i això, continuava recordant-les… i estimant-les!
L’any 2006, tres dies abans d’escomençar batxiller em va arribar la trista notícia de que Perla havia mort en un accident de moto -només tenia 15 anys, havia de cumplir els 16 a dessembre-. Vaig marejar-me al sentir-ho, no sabia què fer, m’abellia cridar amb totes les meues forçes, expulsar el dolor que sentia. La dona que em donà la notícia no ho va fer de la forma més correcta que diguem:
-Sí? Hola!
-Hola! Soc Elena!
-Ah! Ara et passe a la mare...
-No, no!! Volia preguntar-te que saps sobre la mort de Perla...
-...Què mort? Com mort? Què dius?...
-Ah! Que no ho sabies?... Aleshores veig que res, posa'm amb la teua mare.

Al paréixer Perla no portava el casc en una rotonda, se l’havia prestat a una amiga que portava darrere. Aquesta sí que va sobreviure, però Perla... morí poc temps després de l’arribada de l’ambulància.
Ara, a voltes, passe per davant d’aquella rajola en què escrivirem els nostres noms i, tot i estar mig esborrats, els observe i a voltes, entre llàgrimes, la recorde i l’enyore, i m’imagine que encara viu, que la puc vore i sentir com abans. M’imagine que encara juguem en aquella plaça a l’amagatall, i que només he de trobar-la per tornar a abraçar-la.


--xEa--

miércoles, 11 de agosto de 2010

Empirismo literario (¿?)

Abrió el libro que llevava en la mano y le leyó un fragmento que tenía subrayado:

"-La poesía no se explica, si te alcanza en el punto justo la sientes, se te revuelven las entrañas.

-¿Cuál es el punto justo?
-Búscalo"

-¿Te gusta? ¿Lo entiendes?
-Sí, no está mal, pero exagera. Y para tí, ¿qué es la poesía?
-¿Para mi?
>>Para mi la poesía son palabras que hablan del alma, su intérprete es una actriz muda, la entiendo por la mirada, los gestos, los movimientos.
Cada verso es una nota, el poema es la música, la melodía que acompaña cada uno de nuestros pensamientos, los hace bailar, moverse, ondearse bajo nuestra piel, como la ropa recién tendida, como dos bailarines cómplices y solitarios.
No se entiende con la razón. La cabeza no entiende al corazón, es la imaginación, la vivencia de esa misma experiencia, el escalofrío de un recuerdo tan tuyo como suyo. Por eso hay poemas tan difíciles de interpretar. El poeta plasma en un papel su sentimiento, su propia experiencia. Es empirismo literario.
La poesía para mi es arte. Es arte porque habla de la música del recuerdo, de la magia del instante, del dolor del pasado, de la crueldad del momento. Es arte porque hace llorar y reir a la vez.
A veces me recuerda al suave tacto de las teclas de un piano en medio de los escombros de un gran edificio.
-¡Vaya! ¿Realmente piensas así? Creo que le das demasiado valor a un puñado de palabras con rima.
-Yo pienso que tú has vivido, amado, odiado y sentido poco en la vida. No me malinterpretes, no te estoy acusando, simplemente te invito a vivir la vida con más intensidad, a degustarla, a palparla con las manos. Los ojos, a veces, no son suficiente.

Caminaron callados durante un rato.

-Bah, chorradas!! Lees demasiado!


···xEa···
(Dedicado a Sugummi, con todo mi cariño!) =)

miércoles, 14 de julio de 2010

El Silencio Está Cansado

El vacío llegó como llega el olvido. Apareció en su puerta, inesperado, insistente, como un huésped que cierto día llega y deshace sus maletas en tu armario, para quedarse.
Despertó en su cabeza, se trasladó al corazón y allí vació todo aquello que no pertenecía a su propia soledad.
Cortó sus alas y ató sus pies.
Tenía la esperanza que en algún pequeño lugar, bajo las láminas de un suelo de parquet, siguiera existiendo su imaginación, la fantasía, la magia, las espirales hechas torbellinos de millones de sueños, del olor de las tardes de verano, de las frutas, del mar... Debajo de cada una de esas láminas había un trocito de aquello que el vacío había enterrado, pero no sabía como sacarlo de allí y volver a colocarlo en su lugar.
Cerró los ojos. Imágenes, movimiento, colores, olores, el suave tacto de toda su vida... felicidad (¿?) Sonrió. Ahora sí que sabía con total certeza que dentro de ese cuerpecito algo de su pasado aun seguía vivo, y luchaba por seguir estándolo.

Un gigante le persigue.
·
·
·
¡Duerme! Vuelve a encerrar en tu cajón todas esas mariposas.
Mañana...mañana vuelve a intentarlo.


···xEa···

viernes, 7 de mayo de 2010

Seguiremos siendo


Prométeme que seguirás siendo joven.
Prométeme
que aunque los surcos
del tiempo moldeen tu piel,
aunque la blanca nieve de los años
tu cabello cubra al atardecer,
que aunque tu vista no alcance a ver
todo lo que vió ayer,
prométeme que seguirás siendo joven.
Y que tu mirada reirá
y que tu sonrisa cegará!

=)

···xEa···

domingo, 14 de marzo de 2010

Uno


Lentamente recogió sus cosas.

Sabía que su huida en verdad no era tal, sino más bien un acto de valentía, una búsqueda, un viaje al reencuentro. La noche caía cuando salió de allí, igual que el sol se fue, sus dudas desaparecieron poco a poco. No así su miedo, que permanecería en ella durante más tiempo.

Estaba sola, pero no importaba, porque la soledad era un sentimiento muy cercano para ella.

No supo de su marcha, pero no importaba. Hacía mucho tiempo que ella se había dejado ir.

La primera vez que vio el mar le pareció inmenso, imponente, y eterno. Aunque compartiera con él un nombre, pensó que no tenía nada que ver con él, que no podía compararse a él. Desde ese momento se prometió a sí misma que su meta sería parecerse más a ese mar, para poder así hacer honor a su nombre.

Se quitó los zapatos, y sintió el frío contacto de la arena húmeda en sus cálidos pies, mientras los hundía cada vez más entre los granos para sentirse parte de esa inmensa realidad, que era la naturaleza. Sintió la calma, y escuchó el silencio de una tierra sin hombres. Probó la sal del mar, y sintió los peces pasar entre sus piernas sin temor a ella, porque ya formaba parte de todo aquello. Escuchó la brisa susurrar entre las ramas, y vio a los árboles mecerse bajo su compás. Todo formaba parte de una armonía secreta, una sinfonía que había sido compuesta por un ser superior al hombre. El cielo azul le devolvió la sonrisa que se dibujó en su cara ante semejante idea.

Aunque nunca lo hubiese admitido, confiaba en la existencia o presencia de algo distinto, no sabía el qué, que velaba por ella desde ahí arriba, que la premiaba cuando hacía lo correcto. Era por eso que siempre intentaba hacer el bien, porque creía firmemente que si no actuaba correctamente, la vida le devolvería la jugada, y odiaba sufrir, y aún más, ver sufrir a los demás. Todo esto formaba parte de un instinto natural en ella, que le hacía agradecer absolutamente todo lo bueno que ocurría a quienquiera que estuviera velando por ella. Quizá, en alguna vida pasada, había sido una persona más sabia, que había llegado a comprender los misterios de aquella tierra que ahora pisaba, y de aquello que se encontraba más allá del cielo.

Secó sus pies con el calor del sol y se alejó de allí, olvidando sus zapatos entre la arena. A partir de ese momento, caminó descalza.









'Mm'

sábado, 20 de febrero de 2010

Zapatos de barro

Érase una vez un cuento real, otra historia triste por contar. Odios, injusticia, dramas....y vecinos que ni ven, ni oyen ni sienten la angustia.

Os abro las puertas de un mundo en el que una aguja se pasa la eternidad persiguiendo a otra sobre un circuito que desconozco. Absurda obsesión por controlar los hilos del tiempo.

Tiempo... no pasa igual para todos los corazones que laten.

Érase una vez unos zapatos de barro.


ESCENA I:

Situación: Ankara. Liu, un turista japonés, entra en una tienda de revelación de fotos, en cuya puerta se anuncia que los revelados solo tardan 10 min. Un anciano muy amable le atiende:

-Buenos días señor, ¿en qué puedo servirle?

-Buenos días! Verá, quería informarme sobre las revelaciones superfast que hacen. ¿Los resultados son buenos?

-Sí, caballero. Los mejores!! Además, si tardamos más de la cuenta o alguna sale defectuosa por nuestra imprudencia, le devolvemos el dinero.

-Pero…¿solo diez minutos?

-¡En diez minutos!

-De acuerdo, confío en usted. Esperaré fuera…

-Gracias por su confianza…

Liu sale a la calle. Busca impaciente una barrita de chocolate que guarda en el bolsillo de su nueva chaqueta. En ese momento sube la mirada para mirar el reloj de la plaza.

Son las 10’50 de la mañana.


ESCENA II

Son las 10’50 de la mañana en un poblado de Darfur, en Sudán:

Me encuentro en la mezquita con mi hermano. De repente, un grupo de casi cincuenta yanyawids entra dentro y comienza a disparar en todas direcciones. Veo gente que comienza a caer muerta.

Justo en el momento en el que me giro para coger a mi hermano y huir, veo como una bala le atraviesa la cabeza. “¡Nooo!! Ibrahim, no! ¡¡Hermano, no te mueras!!”

Comprendo que es demasiado tarde para él. Me veo obligado a dejarlo allí. Seguramente los yanyawid estén en el poblado.

Debo ayudar a mi familia, y ahora también a la de mi hermano.

Consigo escapar de la mezquita. ¿Cómo han podido atacar en un lugar tan sagrado? ¡Llamarnos esclavos en casa de Alá!!

Veo humo en el pueblo. Han empezado a quemar nuestras casas, solo quedan algunas en buen estado. La mía la acaban de incendiar. Mis hijos! Mi mujer!! Tengo que salvarlos!

Cuando llego ya es demasiado tarde. Mis sobrinos también estaban en casa. Me llena la desesperación, la rabia me impide llorar. De repente oigo un llanto tras la escalera. “Husna! Cariño, pequeño tesoro! No te han visto, tan pequeñita que eres! Vámonos antes de que nos encuentren!”

Salgo corriendo con mi hija en brazos, però un yanyawid nos ve y me dispara a la pierna. Como consecuencia me veo obligado a aminorar la marcha. Al ver que continúo corriendo, comienza a disparar como loco. No acierta pero… “Husna, no!! No por favor, tú no! No te mueras tú también, no me dejes solo” La tumbo delicadamente sobre el suelo. Solo tenía cuatro años, no le había hecho nada a nadie!

Me levanto de espaladas a ellos, estoy llorando. Doy media vuelta, ya nada me importa. Lentamente avanzo hacia ellos. Veo la gente correr, caer muerta, veo los rios de sangre de mis amigos, de mis hermanos, de mis hijos. Siento un golpe en el pecho, el mismo que sentí en la pierna, el mismo que sintió Husna, mis otros tres hijos, mi mujer, mi hermano. Me han arrebatado todo lo que tenía, todo lo que quería. Ahora solo deseo volver con ellos.

Un par de disparos más me hace caer de espaldas al suelo. Siento un mareo indescriptible, no obstante noto su presencia, la de Samira, mi mujer. La veo sonreír. “Ya voy contigo, amor”. Abro los ojos de nuevo, veo el azul del cielo, bajo la mirada y me puedo ver los pies. Sonrío por última vez, parece que lleve zapatos de barro.

A las 11’00 de la mañana cierro mis ojos por última vez.


ESCENA III:

Ya son las 11 de la mañana. Han pasado los 10 minutos y Liu entra de nuevo a la tienda. Sorprendido, se encuentra al dependiente esperándole en el mostrador con sus fotos en la mano y una sonrisa de oreja a oreja.

-Aquí están sus fotos, señor.

-¿Están todas bien? - pregunta Liu, aun con la expresión de sorpresa en la cara.

-Combruébelo usted mismo, caballero...

-Están perfectas! Muchas gracias. Tenga usted. Quédese el cambio, se lo merece!

-Gracias! Tenga un buen día!

-Gracias a usted! Adiós!

Érase una vez... un mundo paralelo.


xEa

martes, 16 de febrero de 2010

Fingir


Fingir es algo que a mucha gente se le da bien. De hecho, todo el mundo finge en algún momento de su vida. Puedes fingir para no hacer sufrir los demás, fingir porque quieres demostrar que eres fuerte aunque realmente no lo seas, fingir para hacer creer que eres feliz... fingir que todo está bien, porque quieres creerlo. Aunque en el fondo sepas que esa no es la forma de conseguirlo, aunque sepas que por ese camino nunca llegarás a serlo...

Fingir porque esa vida que llevas, es la adecuada, esas compañías son las que debes tener, y porque es surrealista pensar que haciendo lo que de verdad anhelas, podrás dormir tranquilo.

Porque aunque cada vez que te acercas a eso que quieres, que no es correcto ni sensato, sientes que tu corazón vuelve a latir y que tu vida se ilumina, pero a la vez, sientes que eres la persona más estúpida del mundo por sentirte así.

Porque la vida hace esas bromas, y alguien con la suficiente sangre fría saldría adelante. Pero los soñadores, los insensatos y vaya, los tontos, siguen mirando con añoranza a esas cosas de las que se apartaron, pero que por mucho que lo intenten no pueden dejar atrás.

... y porque tú también eres así, tienes que fingir, aunque en el fondo quieras que alguien pueda ver a través de todo eso, y te pueda dar una respuesta que lo arregle todo, y te devuelva todo lo que dejaste atrás. O aún mejor, que todo cambie de repente, y valga la pena luchar por volverlo a recuperar.


Aunque en el fondo sepas que es imposible, y que no tiene solución.






-Mm-

domingo, 31 de enero de 2010

la Vida en Carnaval...



Érase una vez una historia más
en la que el protagonista intentaba ser alguien, deseaba que otros lo entendieran y lo quisieran.

Alguien que aborrecía la soledad. Que tenía tanto por conservar, que no sabía si realmente lo estaba perdiendo, si LOS estaba perdiendo a todos.

Y ese personaje, que constantemente se sentía secundario en su propia historia, su vida, creía que dándole siempre cariño a la gente ésta le querría. Porque nuestro protagonista sentía que los quería sinceramente. Y a veces parecía funcionar, pero entonces... el silencio, la distancia, las miradas de incomprensión...
Saber que por mucho afecto que mostrara nadie nunca lo entendería. Que quizás los demás se vieran obligados a devolverle una parte de ese cariño. OBLIGACIÓN!

Todos llevamos una máscara que rara vez nos quitamos. En algunos casos se trata de un simple antifaz, pero otros llevan todo el disfraz. Quizás por ocultar sentimientos, temores, vergüenzas, el pasado.

Y en ocasiones, cuando esto ocurría, se sentía vacío y terriblemente abandonado, y se veía a sí mismo rodeado de una infinita oscuridad.

Pero entonces un abrazo no provocado, una sonrisa de complicidad, un guiño, un beso inesperado, un "te echaba de menos", hacía desaparecer esos miedos y esas tinieblas.

De alguna manera, sin necesidad de usar su máscara, alguien simplemente le ofrecía aquello que él tanto anhelaba, que anhela a cada instante. Y éste es el momento en que sonreía porque lo sentía. Y lo hacía con una de esas sonrisas que simplemente mirando a los ojos ves que viene de un lugar más lejano y especial que la propia razón o compromiso social. De algo que sale de dentro y ensancha tanto el ser que por un instante te deja sin respiración. Felicidad, tal vez.

Aunque en el fondo, en algún rincón de todo dolorido corazón, siempre se preguntara si esas personas que le rodeaban y le hacían sentir de esa forma, lo hacían por necesidad o por sinceridad. Y se preguntaba si realmente él lo hacía con cariño y amor o si simplemente era un hipócrita más en el mundo, si era una más de las tantas personas falsas que ya conocía.

No, no! Ese alguien no era así. Simplemente necesitaba dar aunque no siempre recibiese.

Érase una vez la incertidumbre.



xEa


lunes, 28 de diciembre de 2009

Welcome to Hell!

Érase hace años los disparos, la sangre, el frío.
Érase los cementerios y el sinsentido.

Érase las madres llorando, los padres impotentes y los niños confundidos. Los columpios vacíos, todos los días marchitos, el horizonte cruzado y roto por estallidos.
Hubo hace años corazones heridos y partidos.

Hermanos que no pudieron nacer, hermanos que se fueron sin haber vivido. Un llanto sin escuchar, un abrazo que no se pudo dar, una mano que no se pudo volver a estrechar.

Érase hace años un nombre que no se puso, que se dejó olvidado bajo el polvo de las calles, bajo los escombros de lo que había existido.

Érase una vez el llanto a la impotencia, a lo incomprendido, a la desesperación por lo vivido.

Allí donde las sonrisas se partían y donde el dolor estremecía, donde los amigos morían en cada esquina. Allí, allí hubo una vez vida!

Existe aun el NO olvido, el recuerdo de lo que es y de lo que ha sido, de amigos-enemigos.

Te echo de menos sin haberte conocido.


Érase hace años el sinsentido.




xEa

sábado, 12 de diciembre de 2009

Dulce e inocente saber estar.


Mi madre me contó una vez, que su hermana mayor era muy mandona, de las que siempre quieren hacerse notar, llevar la razón. Cuando eran jóvenes trabajaban en un taller de costura, y por aquel entonces, era la mayor quien se encargaba de dirigir a las demás empleadas.
Un dia, se le antojó ir a una peluquería de la ciudad, dejándoles a mi madre y al resto de mujeres una cantidad inmensa de recados, con instrucciones muy precisas de que tenían que hacer con cada uno.
Así que mi madre, experta en ese tipo de cosas por el tiempo que había pasado con su hermana, decidió marcharse también a la ciudad con el resto de chicas, dejando todo por hacer, y devolverle la patada de esa forma que tanto le caracterizaba.



- . . .Y qué pasó entonces, mamá? -


Cuando llegaron, la cara de su hermana era todo un poema, y ante todas las enfadadas preguntas que le hizo, ella respondió con toda la humildad del mundo:

- 'Verás, como no nos dijiste nada, no sabíamos que hacer después de acabar con todos los encargos, asi que, vinimos a preguntarte.'



Si te tomas todo con esa filosofía, la vida no te pegará tan fuerte, porque sabrás pararle el golpe y devolverle la patada con una sonrisa.

Y tu te pareces tanto a mi madre. . .






Llena su cuarto de cacharros, y dile que no sabías donde dejarlos! :D




- Mm -

viernes, 11 de diciembre de 2009

esencia. . .


Lo veo caminar, y su presencia produce en mi una extraña sensación. Sus pasos me tranquilizan, pero un torbellino de sentimientos invaden mi alma, pensamientos que me aterran y hacen que dude, dude tanto. . .



Podría describirle como la persona más extraña que conoce, y la persona a quien más teme.

Quizá en lo más profundo, eso que sienta se llame amor. Pero es amor mezclado con rencor, miedo e impotencia, y lo único que consigue es que siempre, cada año que pasa, cada día, cada momento que piensa en él, le invada un sentimiento de tristeza inmenso. Tristeza enmascarada en sonrisas y palabras bonitas, porque nunca se ha atrevido a mostrar lo que verdaderamente hay bajo ese rostro dulce que muestra a los demás, y que invita a ser feliz. No es más que una hipócrita, y nadie la conoce como él.

Por eso, él también se permite mostrarse tal como es con ella. Y nadie lo conoce como lo hace ella. Nadie sabe en que piensa, nadie sabe qué es lo que siente, nadie sabe lo que sufre. Solo ella. Porque también es un hipócrita, y quiere hacer creer a los demás que es feliz. Aunque ambos sepan que no es cierto. Y aunque sepan que ahora mismo no son ni la mitad de lo que eran, si no están con el otro.

Y por las noches ella recuerda tiempos pasados, cuando él la encontró a ella, cuando pasearon por primera vez, cuando experimentó ese singular dolor que se mezcla con placer y que todas las mujeres deberían experimentar algún día, por primera vez.

Y en la oscuridad siente el tacto de sus manos, y el dulce roce de su piel. Y siente sus labios posarse en besos infinitos por su cuerpo y susurrarle palabras que solo guarda para ella, y caricias enredarse en su pelo y su rostro. Y huele su esencia, que le atrapa. Vuelve a recordarlo, una y otra vez, olvidando las cosas malas, añorando todo lo que fueron una vez, hasta que de nuevo vuelve a él.

Y es entonces cuando todo cambia. Porque él se muestra como es en realidad, y ella se adentra cada vez más en esa incertidumbre que es él mismo, esa oscuridad que le rodea y que siente cada vez más dentro de su alma, hasta que le vuelve a invadir, una vez más. Porque aunque ha cambiado, no ha sido suficiente.

Solo a partir de ahí otros recuerdos reales, no tan tiernos, vuelven a ella para hacerle recordar que esta vez tampoco es diferente, y que nunca lo será. Que su historia no fue bonita, que se enamoró de alguien que no existía, o que dejó de existir mucho tiempo atrás, y que si alguna vez le hizo sentir como una princesa, fue para encerrarla luego y no permitirle escapar.

Y vuelve a recordar tiempos pasados, cuando le contó que no era como los demás, cuando le pidió que no le dejara marchar porque él no iría a buscarla nunca, cuando experimentó un dolor que nadie debería experimentar jamás, por primera vez.

Y recuerda sentir sus manos apretarle hasta dejar marcas en su suave y fina piel. Recuerda la sensación de impotencia al verle llorar, y al no poder hacer nada para calmar su dolor. Recuerda horribles palabras salir de sus labios para instalarse en lo más profundo de su inconsciente, que no saldrán jamás. Y el dolor al enredarle los dedos en su cuello mientras su mirada le perforaba el alma.

Pero al cabo de un tiempo, vuelve a enterrar esos recuerdos en el rincón más lejano de su ser, porque son terribles y no sabe contarlos, y quiere ser feliz como era antes, aunque sepa que ese nunca será el modo de conseguirlo.

Recuerdos que se escapan y que no quieren regresar. . .



Hasta que lo veo otra vez caminar, y vuelvo a sentir esa sensación indescriptible. Oír sus pasos me tranquiliza, y los recuerdos vuelven a invadir mi alma, recuerdos perfectos y distantes, y hacen que de nuevo dude, que vuelva a dudar tanto. . .


-Mm-

martes, 8 de diciembre de 2009

.



Viento, llevate lo que no necesito. . .


. . . y traeme lo que tanto añoro.



sábado, 28 de noviembre de 2009

Un día en el mundo


Érase una vez él.
Érase una vez ella.
Y érase una vez una estrella que les llevó a encontrarse.
Ese día se conocieron. Solo ese día.

Les gustaba jugar a reír, jugar a volar, jugar a mirar el mundo, jugar con la luz del día.

Estaban juntos. Compartieron la lucha del cielo. Vieron como las tinieblas ganaban a los rayos del sol, como los empujaban hasta hacerlos desaparecer en las grandes bocas de las montañas más altas. Pero les gustaba, les gustaba más la luz de la luna y de las estrellas, disfrutaban el cálido frescor de una noche de verano.

Él se fue, lejos, demasiado lejos. Desapareció tras los focos, tras el bullicio de una gran ciudad. Se separaron para no volverse a ver.

Hablaban, y cuando lo hacían relataban sus sueños, se contaban sus visiones, sus cuentos ufanos, sus utopías. Hablaban sobre recuerdos, sobre insignificantes universos por conquistar, de fronteras invisibles, de futuros imposibles. Hablaron de volverse a ver. Apostaron a ser y perdieron...

Dejaron de hablar. Dejaron de escribirse. El tiempo borró las palabras, el espacio se ocupó de la complicidad y los recuerdos. Los sueños... en fin, siguen existiendo en otra dimensión conocida solo por los espectros de un lugar ya desconocido.

Se trató de un sueño, en realidad. Algo que sucede el día en que una estrella decide desaparecer y hacerse notar. Algo que las calles de esa ciudad no olvidarán.



Érase un día la felicidad...


xEa

jueves, 26 de noviembre de 2009

Recuerdo


Tenía cierta expresión en los ojos que la hacía estremecer.

Sus manos eran fuertes, pero a la vez tenían una firmeza y suavidad que invitaban a tocarlas, y a querer ser tocado por ellas. Su boca siempre acababa esbozando una sonrisa burlona, guardada de momento sólo para ella, porque no importaban muchos más.

Algo en su espalda, o quizá en sus brazos o su altura, hacían que naciera en ella una necesidad de abrazarle siempre, y cuando lo hacía, sus pulmones quedaban invadidos de algo indescriptible que envolvía su alma.

Era esa sensación de estar completa, de estar segura en la persona más perfecta que existía para ella, la sensación de que nadie ni nada podía superar ese momento, la que hacía que no pudiera separarse de él.

Era un loco, un visionario sin futuro, un imprudente. También un genio, que se cansaba de que la gente que le rodeaba no pudiera estar nunca a su altura.

Oía voces que le impedían cumplir su sueño, susurrándole palabras oscuras y tristes,
y perseguía a su princesita infantil y caprichosa, aunque dentro de él sintiera que quería ser el perseguido.

Todas las historias son iguales cuando no consigues que algo quede atrás. Todas tienen la misma sustancia, porque salen de las mismas raíces. Todas hablan de aquello que más duele.

Ésta, por ejemplo y como todas las demás, sigue hablando de él.
La cuestión es, si algún dia dejará de hacerlo.

'Mm'

mundo

Érase una vez. . . un sueño sin final

. . . y érase una vez dos personas, persiguiendo ese sueño sin poder despertar.

Érase un susurro discreto, una palabra, una mirada de complicidad;
érase muchas ideas, revueltas en una inmensa y caótica espiral, y
érase una persona que supo disolver esa espiral. . .

Érase cuentos, rimas, canciones y poemas. . . fotografías que captaron la esencia de la realidad.

Érase un sentimiento, una vivencias, una experiencia,

alegrías, tristeza o desesperación. . .


Érase una vez, una ventana que se abrió a nuestro mundo. . .



Érase una vez.